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martes, 3 de diciembre de 2019


LOS RIESGOS DE DORMIR DEMASIADO





El sueño es una parte fundamental de la vida humana.  Para gozar de buena salud se recomienda dormir lo suficiente, según la actividad que se realiza durante la vigilia, la edad e incluso el género de cada persona; aunque en general, se recomiendan aproximadamente ocho horas de sueño, la clave para mantener una buena rutina de sueño (adecuado en cantidad y calidad) está en mantener un balance entre los períodos de actividad y los de descanso durante el día. Se sabe que la falta de sueño puede tener terribles consecuencias para la salud, pero dormir en exceso también genera riesgos para la salud.

El exceso de sueño tiene, entre otros efectos, la somnolencia (sensación que durante el día se cierran los ojos sin poder controlarlo): el problema se acentúa cuando empieza a rendir menos en sus actividades personales y laborales cotidianas.

A partir de una reciente investigación hecha por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) se ha vinculado la falta de sueño (seis horas o menos) y el exceso de sueño (10 horas o más) con enfermedades crónicas como la diabetes, la ansiedad, la obesidad y la enfermedad coronaria en adultos mayores de 45 años.



BENEFICIOS DEL DESCANSO NOCTURNO

El sueño no sólo es beneficioso, es imprescindible. Pasamos un tercio de nuestra vida durmiendo. Por algo será. Una persona que viva 90 años habrá dedicado 30 a dormir. Lejos de lo que pueda parecer, esto no es, ni mucho menos, una pérdida de tiempo: esta persona habrá necesitado dormir esos 30 años para poder vivir los otros 60.

El descanso nocturno es mucho más importante de lo que parece. Durante la noche, el organismo libera hormonas que nos ayudan a mantener el bienestar a lo largo del día y que se convierten en aliadas de nuestra salud y también de nuestra belleza.  La mejor manera de almacenar una nueva información es dormir durante dos horas, dentro de las cinco siguientes al aprendizaje, según estudios de la Universidad de Pensilvania.

Durante el tiempo del sueño el cuerpo no sólo se recupera de todo el esfuerzo llevado a cabo durante el día, ya que por la noche los músculos se relajan y la actividad cardiaca disminuye al máximo, por lo que es el momento en el que el corazón descansará de la actividad cotidiana; además existen otros procesos corporales, como la producción de ciertas hormonas, que suceden exclusivamente durante la noche  y en ausencia de luz.  Al mismo tiempo, el correcto funcionamiento y equilibrio de estos procesos fisiológicos tiene efectos en la salud general del cuerpo. Esto es lo que hace que mantener las horas de sueño sea una buena forma de evitar patologías y síntomas, (como las enfermedades cardiovasculares), controlar el apetito y regular el peso corporal.

Pero no todas las horas de sueño son iguales ni inciden en el organismo del mismo modo. Mientras dormimos pasamos por varias etapas, que se van repitiendo a lo largo de toda la noche. Las primeras, las fases 1 y 2, nos regalan un sueño ligero en el que la musculatura se relaja; la presión arterial, la frecuencia cardiaca y la respiratoria descienden, y se registra una menor actividad cerebral. En las fases 3 y 4, el sueño es profundo, las ondas cerebrales son muy lentas (se llaman ondas delta). Otra fase, la denominada REM, que se caracteriza por el movimiento rápido de los ojos (en inglés, Rapid Eye Movement), es en la que se registra un alto nivel de actividad cerebral, en contraste con la gran relajación muscular. En esta fase se producen la mayoría de los sueños que solemos recordar.

Lograr una buena rutina de sueño tiene sus ventajas, específicamente en nuestro cerebro, que mientras dormimos efectúa algunas cosas que son beneficiosas para nosotros por encima del hecho mismo de otorgarnos un descanso.

A continuación, una serie de cosas que pasan en tu cuerpo mientras duermes:

EL CEREBRO TRABAJA Y SE CUIDA

Al dormir el cerebro continúa trabajando de forma continua; las neuronas se activan en sincronía para procesar la información obtenida durante el día. Las células formadoras de mielina aumentan su reproducción facilitando la "reparación" del cerebro.


EL CUERPO SE DESINTOXICA

Al dormir el cerebro activa los mecanismos para limpiar los residuos nocivos acumulados durante la vigilia, y que se eliminan por medio del sistema linfático, el cual se activa más durante las horas de sueño.


SE CONSOLIDAN LOS RECUERDOS Y SE APRENDE

De acuerdo con investigaciones de la Universidad de California (UCLA) al dormir se activan las mismas regiones cerebrales que se activan al recordar algo; esto permite que, al dormir, el cerebro comprenda y consolide la información y aprendizaje de las actividades motoras.


FABRICAMOS MÚSCULO

Mientras dormimos, al estar tumbados, el organismo descansa más. La posición horizontal facilita que las articulaciones soporten menos peso que durante el día y que los músculos se liberen de la tensión, se relajen y se regeneren. Durante el sueño profundo, en las fases 3 y 4, el organismo segrega la hormona del crecimiento, que resulta muy importante para la regeneración muscular, afirman especialistas en el tema. Esta hormona resulta imprescindible para los niños, razón por la que su descanso nocturno (o, en el caso de los bebés, a lo largo del día) debe ser dilatado y muy profundo.

No sólo es necesario descansar bien por la noche; una buena siesta puede ser también muy reparadora. Eso sí, aclaran que la siesta no debe sustituir, en ningún caso, al sueño nocturno.


EL CUERPO SE SANA

Durante el sueño una sustancia llamada interleucina se libera en mayor medida. La interleucina promueve la producción de anticuerpos y estimula el sistema inmunitario.  Un sueño reparador ayuda a que nuestro sistema inmunitario se fortalezca. También, el sistema circulatorio se beneficia durante el sueño, pues al descender la presión arterial, el corazón necesita realizar menos esfuerzo para bombear sangre a todo el sistema circulatorio. Al disminuir el gasto de energía, el metabolismo también puede reponerse con mayor facilidad. Por ello, cuando estamos enfermos, la recomendación de dormir más horas resulta casi indispensable para que nuestro organismo se recupere. Y es que un sueño reparador ayuda a que nuestro sistema inmunitario se fortalezca. Al dormir bien se mantiene un equilibrio general en todo el organismo. Por el contrario, si no descansamos correctamente, el sistema inmunitario se ve afectado y nos volvemos más vulnerables a determinadas enfermedades, como las infecciones por virus.


MEJORA LA VISTA

La vista es otra de las grandes beneficiadas tras un sueño reparador. La falta de sueño provoca alteraciones en la película lagrimal que debe proteger la córnea, además de las antiestéticas ojeras. Las personas con tendencia a la retención de líquidos o bolsas grasas pueden tener un empeoramiento en periodos de descanso inadecuado. Los cosméticos para usar por la noche se basan en el hecho de que, durante el sueño, las células se regeneran más deprisa y la piel asimila mejor los activos nutritivos.


DORMIR NOS HACE MÁS BELL@S

Durante el sueño, el proceso de regeneración de las células se intensifica, la circulación sanguínea es más fluida y la piel asimila mejor los activos de los cosméticos nutritivos. Las hormonas que se producen en la fase de sueño consiguen que las células se dividan más deprisa, con lo que mejora la regeneración de la epidermis. Además, la síntesis de proteínas se incrementa y la piel recibe mucha más sangre y nutrientes. A pesar de que este proceso se ralentiza a partir de los 25 años, la piel es muy receptiva a las sustancias externas (como la acción de los tratamientos de belleza) mientras uno duerme.





CONSECUENCIAS DE DORMIR DEMASIADO

Es importante controlar las horas que dedicamos a dormir, ya que de nada sirve dormir demasiado, pues no es mejor para la salud, sino que nos afectará más de lo que pensamos en nuestro día a día. Dormir las horas justas para conseguir un perfecto descanso nos permite funcionar correctamente a lo largo del día y ayuda mantener un mejor estado de salud.

Pero todo es bueno en su justa medida, ya que dormir demasiadas horas tarde o temprano pasa factura. Los riesgos de morir a una temprana edad aumentan considerablemente para aquellas personas con régimen de sueño superior a las 8 o 9 horas diarias. Dormir durante períodos demasiado prolongados de tiempo disminuye la calidad de vida: puede tener peores consecuencias que no dormir suficiente. De hecho, el exceso de sueño, representa un mayor riesgo de mortalidad de origen cardiovascular; hasta 5 veces más posibilidades de sufrir hipertensión. Las siestas prolongadas (de más de una hora) podrían ser síntoma de enfermedad del sueño.


Además, el sueño excesivo minimiza la capacidad de respuesta del cuerpo, a lo largo del día. Como el sueño hace que la circulación y la actividad cardiaca se ralenticen, al prolongar indebidamente  las horas de sueño, el cuerpo se relaje en exceso, los biorritmos bajan y la velocidad metabólica también, por lo que el  organismo se vuelve más lento, y aumenta la sensación de no haber descansado suficiente a pesar de las largas horas de sueño, lo que conlleva una menor capacidad de respuesta ya que nuestra circulación es más lenta y por lo tanto la cantidad de sangre que recibe el cerebro es menor. Esta situación hace que nos sintamos decaídos ,con una sensación de cansancio generalizado-  perpetuo y con menos ganas de afrontar el día a día, ya que nuestro cuerpo apenas se ha repuesto de tanto tiempo de sueño.

Son varios los estudios que han encontrado relación entre los “dormilones” y una alta incidencia de tabaquismo o alcoholismo, sedentarismo o enfermedades cardiovasculares o inflamatorias.


Recientes publicaciones sugieren que la inflamación podría estar relacionada con una duración excesiva del sueño y, por tanto, con una mayor probabilidad de sufrir patologías por esta causa. Las investigaciones concluyen que cada hora adicional de sueño se asocia con un aumento de niveles de proteínas y mediadores que intervienen en los procesos inflamatorios y autoinmunes. Éstas son consideradas como las patologías más desconocidas en medicina.


El 90 por ciento de las personas que tienen esta “patología” (dormir excesivamente) no lo saben o incluso lo niegan. Ahí está el principal problema porque el que no duerme bien suele consultar al médico, pero el que se queda dormido no lo percibe como tal patología y, por lo tanto, no acude al especialista. De esta manera está ocultando una de las múltiples causas de la falta de calidad o cantidad óptimas del sueño, ya sea por un trastorno primario de sueño (como insomnio, narcolepsia o parasomnias) o por causas secundarias muy frecuentes como los trastornos respiratorios del sueño (como el síndrome de apnea-hipopnea del sueño), alteraciones hormonales, las enfermedades neurodegenerativas (como el Parkinson y el Alzheimer) o, simplemente, el uso de algunos fármacos.


El exceso de sueño cotidiano puede llegar a ser incapacitante: despidos, problemas familiares y de pareja, dificultades de aprendizaje y concentración durante la etapa escolar, exclusión social, repercusiones físicas y psíquicas, etc.  En cualquier caso, el sueño excesivo provoca, por regla general, graves consecuencias en la actividad social, laboral y personal. Los accidentes de tráfico son 7 veces más frecuentes y más graves entre personas que duermen excesivamente y además presentan síntomas alternos como la apnea, con lo que también aumenta el riesgo de muerte.


Estos son sólo algunos delos problemas de salud que te puede generar el dormir más de la cuenta:

DIABETES.  Un reciente estudio demostró que las personas que duermen más de ocho horas al día tienen el doble de posibilidades de contraer diabetes del tipo 2.

OBESIDAD.  Si bien la clave para mantenerse en forma radica en realizar ejercicios físicos, las estadísticas demuestran que los riesgos de tener problemas de sobrepeso aumentan en un 21% para las personas que duermen demasiado por las noches.

DOLORES DE ESPALDA.  Cuanto más se duerma más se expone a posiciones corporales que tensionen los músculos y produzcan intensos dolores de cuello, espalda, etc.


DOLORES DE CABEZA.  Así como la falta de sueño puede llevar a problemas a nivel de conexión neuronal, el exceso del mismo puede causar efectos adversos a nivel cerebral que conlleven fuertes dolores de cabeza.


DEPRESIÓN.  Se calcula que aproximadamente el 15% de las personas que sufren depresión tienden a dormir demasiado, lo cual empeora severamente esta condición.


ENFERMEDADES CARDÍACAS.  Recientes estudios demuestran que las personas que duermen más de 8 horas al día padecen más dolores en el pecho y tienen más posibilidades de sufrir un ataque al corazón.


ALZHEIMER PREMATURO.  Cuando se duerme demasiado el cerebro está más propenso a envejecer prematuramente causando enfermedades degenerativas como el Alzheimer.


MUERTE PREMATURA.  Los riesgos de morir a una temprana edad aumentan considerablemente para aquellas personas con régimen de sueño superior a las 8 o 9 horas diarias.





ALGUNOS DATOS CURIOSOS SOBRE EL SUEÑO

La cama debe ser 20 centímetros más larga que el cuerpo; y, si es para dos, la anchura ideal será 1,60 cm. Si te gusta dormir sola, elige un colchón de 90 cm de ancho.

Dormir da sed. El cuerpo elimina toxinas durante la noche a través de siete millones de poros. Como resultado, perdemos medio litro de agua ¡mediante el sudor y la respiración!
 
El colchón perfecto es el que permite que el cuerpo se hunda suavemente y, al mismo tiempo, se mantenga en su posición horizontal natural; por lo tanto, no debe ser ni muy suave ni muy duro.

Mide tus hombros. Son el criterio para elegir la almohada. Cuando vayas a comprarla, si duermes boca arriba pruébala tumbada, pero de lado: el cuello ha de permanecer paralelo al colchón, no torcido.



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http://www.naturalinea.com/newsitem.asp?id=264
http://noticias.universia.net.co/en-portada/noticia/2012/10/03/972231/riesgos-dormir-demasiado.html
http://www.dormirbien.info/dormir-mucho-o-quedarse-dormido/
http://www.vitonica.com/wellness/es-bueno-dormir-demasiado






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