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sábado, 18 de abril de 2020


LOS PELIGROS OCULTOS DE LA RADIACIÓN INALÁMBRICA Y DE LA TELEFONÍA CELULAR

(parte 2 de 4)






Entrevista a Arthur Firstenberg, emitida por WGDR, Goddard College Comunity Radio, Plainfield, USA.  Abril 6 / 2018.
https://www.youtube.com/watch?v=yqxQZZM1K7I&t=1s


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Entrevistador: ¿Existe algo tal como “electricidad limpia”, que no sea dañina?
AF: Hasta cierto punto, toda electricidad creada por el ser humana es dañina y ha sido así desde que empezamos a usar la electricidad. Hasta cierto punto, puede hacerse una limpieza.  Hay soluciones de ingeniería.  El campo electromagnético alrededor de un cable es no intencional, y lo puedes proteger, los puedes enterrar, los puedes configurar para minimizar el campo electromagnético.  Tan pronto como pones electricidad alterna a correr a través, el problema de protección se hace más difícil pero no imposible. 

La diferencia entre todo eso y la tecnología inalámbrica es que de repente estamos emitiendo una señal deliberadamente sobre cada pulgada cuadrada en la tierra. Eso es peligroso y no puede ser arreglado. 

Si usamos la analogía del fuego, si lo contienes en una chimenea, es muy útil, pero si se sale de ahí puede ser muy destructivo.
Usamos la analogía del horno microondas: mientras el horno esté protegido y la puerta cerrada, es útil; puedes poner comida en él y la cocinará.  No quieres tener la puerta abierta mientras cocinas tu comida porque te cocinará a ti.  UN TEÉFONO CELULAR ES COMO UN HORNO MICROONDAS CON LA PUERTA ABIERTA. Es una fuente de radiación microondas que pones cerca a tu cabeza.

Entremos en los efectos y hablemos de las conexiones históricas entre el lanzamiento de cada nuevo nivel de tecnología eléctrica y las enfermedades que irrumpieron al mismo tiempo.
La primera tecnología que fue aprovechada para usos más allá de la medicina fue la TELEGRAFÍA – CABLES TELEGRÁFICOS-. Y fue aprovechada muy rápidamente. Millones de millas de cables telegráficos ensartados alrededor del mundo, empezaron por 1840, 50, 60, 70.  Se tendieron cables submarinos.  Fue a nivel mundial. Y una nueva enfermedad se empezó a reportar en la literatura médica, a la que llamaron NEURASTENIA.  Ahora la llamamos DESORDEN DE ANSIEDAD.  Pero desde el momento en que fue descrita, (1860’s) hasta el siglo XX, fue considerada una enfermedad física, no una enfermedad mental.  Buscaron mucho la causa, afectó a una enorme cantidad de gente en occidente, y parece que siguió el curso de los cables telegráficos.  Donde tendieran los cables, la gente repentinamente empezaba a sufrir neurastenia.  Yo afirmo que esto es debido a la exposición a campos electromagnéticos.

En 1889, la corriente alterna fue aprovechada. Fue inventada por Nikola Tesla. Sus patentes fueron adoptadas por Westinghouse y, de repente, podíamos transmitir a larga distancia con poca pérdida de potencia.  Fue aprovechado tan rápidamente que fuimos de uso cero a uso intenso de la corriente alterna en un año: 1889, el año de la primera gran epidemia de influenza; fue mundial, duró cuatro años y mató a un par de millones de personas. 

No tan intensa como la epidemia de 1918, cuando Los Estados Unidos entraron a la Primera Guerra Mundial.  Marconi había mostrado al mundo que se podían usar las ondas de radio y había hecho la primera transmisión hacía 20 años, pero cuando USA entró a la PGM, se hizo uso intensivo de la tecnología de radio, por primera vez, como parte de los esfuerzos de la guerra. Y luego de la guerra, empieza el desarrollo de la radio comercial.  En el libro muestro el caso de la influenza española, que sería causada por el cambio del ambiente electromagnético de la Tierra, por el uso de las ondas de radio por primera vez.

Entrevistador: ¿Qué tan cerca en el tiempo está la epidemia de la influenza española y la implementación de la tecnología de radio?
AF: Extremadamente cerca.  La influenza española comenzó en bases norteamericanas en USA, donde soldados fueron entrenados para usar ondas de radio y la instalación del alternador más poderoso, de 50 mil Watts, en New Jersey, por los Estados Unidos, para el uso en comunicaciones de ultramar, se dio en septiembre de 1918 que fue exactamente cunado la influenza española se hizo tan mortal.
1957-58: fue la instalación de poderosas estacones de radar para la defensa civil, por USA, de costa a costa, a través de Canadá, Alaska, el océano, y en aviones; y coincide también con la próxima epidemia de influenza.

En 1968, fue el primer lanzamiento de satélites militares (Sputnik, algunos satélites aislados), de un solo golpe, doblamos la cantidad de satélites en el cielo, y eso coincidió con la influenza de Hong Kong de 1968. 

La gente se resistirá a la idea de que la influenza no es una enfermedad infecciosa, pero le dedico dos capítulos en mi libro a esto. Incluso en la epidemia más mortal ocurrida en a historia, la influenza española de 1918, hubo esfuerzos grandes por tratar de demostrar la naturaleza infecciosa de esta enfermedad: los doctores en varias universidades reclutaron cientos de personas sanas y los llevaron a las cabeceras de los pacientes de influenza más graves y trataron de infectarlos, con secreciones, moco, muestras de frotados de garganta de gente enferma que hicieron tragar a personas sanas, lo pusieron en sus ojos, en sus narices, les inyectaron sangre de gente infectada.  Fueron totalmente incapaces de infectar a una sola persona sana.  Trataron de hacer lo mismo con caballos. La influenza afecta a estos animales, así que intentaron infectar caballos sanos con secreciones de caballos enfermos: también fallaron.  La existencia del virus de la influenza está bien establecida, pero la relación entre el virus y la enfermedad está realmente en cuestión, y la relación entre influenza y electricidad es muy fuerte.

Esto nos trae hasta la actualidad: la revolución inalámbrica, que es el ímpetu para escribir mi libro, porque yo soy el presidente de la Fuerza de Tarea sobe telefonía celular (Cellular Phone Task Force), formada en 1996, cuando la telefonía digital celular llegó a los Estados Unidos.  Mi ímpetu para empezar fue mi propia lesión por energía electromagnética, cuando estaba en la escuela de medicina, que fue lo que me impidió terminar mi cuarto año.  Ya estaba estudiando esto en 1980, vivía en Nueva York, y había formado un grupo de apoyo con otras personas con lesiones causadas por electricidad o químicos. Cuando vimos que la revolución inalámbrica estaba llegando, sentimos que teníamos que hacer algo. Así que inicié esta organización.

Me di cuenta rápidamente que:
1.            La gente no quería saber nada de esto,
2.            Los políticos no querían saber nada,
3.            Los jueces no querían saber nada,
4.            La FCC ( Comisión federal de comunicaciones – Federal Communicatons Commission) no quería saber nada.
En otras palabras, acciones políticas en este tema en particular no nos llevarían lejos, por si mismas. Rápidamente comprendí que la gente necesita ser educada.

Entrevistador: Ud. Escribió que el Congreso pasó una ley en 1996 que hacía ilegal regular la tecnología inalámbrica, sobre la base de la salud…
AF: Eso es asombroso y es correcto. El Acta de Telecomunicaciones de 1996, dice que los estados y ciudades no pueden regular la tecnología inalámbrica, sobre la base de la salud. Tiene que ser permitido por la FCC, y si ellos lo permiten debe ser permitido por tu ciudad y tu estado.

Entrevistador: ¿Por qué el congreso haría eso? ¿por qué los políticos asumirían semejante noción tan ridícula?
AF: Realmente, por poco, no fue así. Esto fue debido a las maquinaciones de la industria e las telecomunicaciones.  En 1995, a Agencia para la Protección Ambiental redactó sus propias regulaciones, que serían obligatorias en todo USA y no habría evitado que alguien regulara esto.  Luego lo emitieron. Fue la Asociación Industrial de Telecomunicaciones Personales quien hizo lobbie para prohibir a la Agencia de Protección Ambiental el regular la tecnología inalámbrica, tomó todos sus fondos de la actividad regulatoria y otorgó la autoridad exclusiva sobre la salud a la Comisión Federal de Comunicaciones, que no tiene pericia en salud y seguridad. 

El Acta de Telecomunicaciones de 1996, originalmente no tenía esa disposición, pero llegó al House Commerce Committe, en julio de 1995, y cuando salió del comité tenía esta pequeña frase adentro: “ningún estado o gobierno local, o instrumento de los mismos, puede regular los efectos ambientales de la radiación de las frecuencias de radio, en el sentido de que éstas cumplen con la regulación de la Comisión de Comunicaciones”.  Ni siquiera dice “salud”, dice “efectos ambientales”.  Asi que dudo seriamente que ninguno de los congresistas que votaron este proyecto sabía que estaban prohibiendo a los estados y ciudades la protección de la salud de sus ciudadanos.  Pero pasó, el presidente Clinton lo firmó y ha sido la piedra en el zapato para gente de todo el país, desde 1996, no sólo para evitar la aparición por todas partes de torres de telefonía celular sino también incluso para ir a sus concejos y hablar sobre salud, porque si lo haces, la próxima frase del Acta de Telecomunicaciones dice “la Compañía de telecomunicaciones puede demandar a la ciudad”.

Así que todos han sido silenciados. Los científicos han sido silenciados.  Hay cientos de estudios que dicen que esto es dañino.  Incluso si eres científico, no puedes hablar de esto.

Entrevistador: ¿Hay esperanza de que la legislación cambie?
AF: Creo que no, hasta que la población sea educada.  Los jueces no se involucrarán.  Todos están en sus teléfonos celulares. Todos son adictos a la tecnología.  Esta es una industria multi-trillonaria.  Probablemente sea la industria más rica del mundo.  Ningún juez irá en contra de esta industria ningún legislador hará frente a esta industria, hasta que el público esté de su lado.  Todo tiene que suceder junto.

Entrevistador: Entonces, el público tiene que demandarlo.
AF: Correcto. No sólo tiene que demandarlo.  El público tiene que darse cuenta de lo que se están haciendo a si mismos.  Tengo un capítulo sobre el cáncer, un capítulo sobre la diabetes, un capítulo sobre enfermedad cardíaca.  El público tiene que despertar al hecho de que la mayoría de estas enfermedades en el mundo están siendo causadas por la tecnología inalámbrica y específicamente por la telefonía celular.

Arthur Firstenberg.  Aclamado como el Rachel Carson del siglo XXI.  Después de graduarse de Cornell University, con un título de Matemáticas, asisitó a la Escuela de Medicina Irvine, en la Universidad de California.  Una sobredosis de rayos X cortó su carrera en la medicina.  Durante los últimos 35 años, ha sido investigador, consultor y conferenciante sobre la salud y los efectos ambientales de la radiación electromagnética.



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LOS PELIGROS OCULTOS DE LA RADIACIÓNINALÁMBRICA Y DE LA TELEFONÍA CELULAR (parte 1 de 4) 


LOS PELIGROS OCULTOS DE LA RADIACIÓN INALÁMBRICA Y DE LA TELEFONÍA CELULAR (parte 3 de 4) 


LOS PELIGROS OCULTOS DE LA RADIACIÓN INALÁMBRICA Y DE LA TELEFONÍA CELULAR (parte 4 de 4)







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