LA ACEPTACIÓN
(Nivel de calibración
350)
“TRASCENDIENDO LOS NIVELES DE CONCIENCIA. LA ESCALERA
HACIA LA ILUMINACIÓN”
En este nivel de consciencia, una
transformación importante se lleva a cabo al entender que uno mismo es la
fuente y el creador de la experiencia de la propia vida. Asumir tal
responsabilidad es distintivo de este grado de la evolución, caracterizado por
la capacidad de vivir armoniosamente con las fuerzas de la vida. Por debajo del nivel de conciencia 200, hay
tendencia a verse como una víctima a merced de la vida. Esto se debe a la
creencia de que la fuente de la propia felicidad o la causa de los problemas de
uno estás “ahí fuera”. El enorme salto de recuperar el propio poder es
completado en este nivel con la comprensión de que la fuente de la felicidad
está en el interior de uno mismo. En esta etapa más evolucionada, nada “ahí
fuera” tiene la capacidad de hacerle a uno feliz, y el amor no es algo que es
dado o quitado por nadie, sino que es creado desde el interior.
La aceptación no debe ser confundida con la
pasividad, que es un síntoma de apatía. Esta forma de aceptación permite la
participación en la vida en los propios términos de la vida, sin tratar de
garantizar su conformidad con una agenda. Con la Aceptación, hay tranquilidad
emocional y la percepción es ampliada en la medida en que la negación es
trascendida. Ahora ves las cosas con menos distorsión o mala interpretación, y
el contexto de la experiencia es expandido de modo que eres capaz de “ver el
cuadro completo”. La aceptación tiene que ver esencialmente con el equilibrio,
la proporción y la adecuación.
El individuo en el nivel de la Aceptación está
menos interesado en criticar y en su lugar se dedica a resolver y buscar
soluciones para los problemas. Los puestos de trabajo duro no causan malestar o
disgusto. Los objetivos a largo plazo tienen prioridad sobre los de corto
plazo; la autodisciplina y el dominio son prominentes.
El nivel de Aceptación no está polarizado por
el conflicto o la oposición; considera que otras personas tienen los mismos
derechos y por tanto iguales honores. Mientras que los niveles inferiores son
caracterizados por la rigidez, en este nivel social la pluralidad comienza a
emerger como una forma de resolución de los problemas. Por lo tanto, este nivel
está libre de los extremos de la discriminación o la intolerancia. Hay una
consciencia de que la igualdad no excluye la diversidad. La Aceptación incluye
en vez de rechazar.
DISCUSIÓN
Los niveles de conciencia por debajo de 350
reflejan el dominio de la percepción por las posiciones emocionalizadas y los
valores preconcebidos. En los niveles por debajo de 200, las emociones son
ásperas, destructivas, y contradictorias, y por tanto propensas al conflicto y
las disputas. En el nivel 200, la emotividad se aleja de la negatividad a una
visión más positiva del mundo y de sí mismo y se convierte en un apoyo para la
vida. Por el nivel de 310, la emotividad y la voluntad son predominantemente
positivas, pero aún representan impulsos emocionales. En el nivel 350, por la
aceptación, la tranquilidad reemplaza a las emociones perturbadoras de manera
que la interferencia de la emocionalidad se desvanece.
En el nivel 350, la demanda del ego narcisista
para controlar a los demás es silenciada en virtud del cese de los juicios de
valores y el deseo innato por promulgar sus puntos de vista. Las opiniones
dualistas disminuyen, al igual que los juicios formulados en percepciones
basadas en la dicotomía de lo bueno y lo malo. La elección misma se presenta
como libertad de opciones en lugar de categorías morales opuestas.
En el
nivel de conciencia del mundo, elegir vainilla significa ver el chocolate como
un rival, un enemigo, o una cualidad a ser odiada. En el nivel 350, hay
libertad para ver que son simplemente opciones alternativas y que puedes elegir
un sabor sin demonizar al otro. Por tanto, hay cese de la coerción que resulta
de optar por etiquetar las opiniones en grados severos de deseabilidad o
aversión.
Lo crítico en este nivel es la utilización de
la previamente alcanzada capacidad de Voluntad (que fue adquirida en el nivel
310). El éxito en el nivel 350 se basa en la voluntad de aplicar el principio
del perdón con el fin de contrarrestar la moral y el enjuiciamiento. Así, la
venganza es sustituida por la misericordia, lo que permite una mayor
interiorización, y también armonía y bienestar interpersonal y social. El error
es visto como necesario para la corrección, el perdón y la compasión en lugar
de justificación para las actitudes o acciones punitivas.
La entrega de las críticas es resistida por la
adquirida auto- importancia inflada del ego crecido en la auto-importancia
adquirida, al verse a sí mismo como un árbitro justo y soberano de referencia
moral. La aceptación no requiere negación, sino que la sustituye por la
percepción realista y el reconocimiento de sus limitaciones innatas. No se
siente obligado a “tomar una posición” acerca de lo que es percibido o tomar
medidas ni se siente obligado a “arreglarlo”. Por tanto, la Aceptación puede
ver y acepta las limitaciones de la vida humana y el mundo de las distorsiones,
sin perder su equilibrio y ecuanimidad.
La Aceptación es el resultado de la sabiduría y
también de la entrega de los posicionamientos a lo que aceptas como expresiones
variadas de la vida, que están de acuerdo a la voluntad divina y a esa Creación
que es por tanto multitudinaria en su expresiones como evolución. La aceptación
no queda atrapada en el “esto o lo otro” del “blanco y negro” de la dualidad y
es capaz de eludir la tentación de la crítica. La Aceptación ve que las
cualidades percibidas son innatas a la condición humana y son un reflejo de la
individualidad, y también el karma del grupo, y son innatas a la especie Homo
sapiens. La Sociedad incluye una mezcla de diferentes niveles del desarrollo
evolutivo, incluyendo un panorama de opciones y rutas alternativas para ir a la
existencial “casa de los espejos”.
La Aceptación en el nivel 350 es inofensiva ya
que no trata de juzgar, controlar, cambiar o dominar a los demás. No sale a
“salvar el mundo”, o condenarlo en sus multitudinarias expresiones. Al entregar
el deseo de cambio o control de los demás, se da la libertad recíproca de no
ser controlable por las opiniones y valores de los demás, ni tampoco se da el
deseo o necesidad de su aprobación. Con la liberación de la necesidad de
aprobación de los demás, hay distanciamiento de la compulsión de buscar y
anhelar el acuerdo social. Este es, sin embargo, contrario y diferente a la pasividad
o la indiferencia, que innatamente devalúa a los demás como maniobra
protectora.
DINÁMICA DEL EGO DE LA
ACEPTACIÓN
La aceptación se aplica tanto al interior como
al mundo exterior. Con la educación espiritual, se hace evidente que el ego, en
virtud de su estructura innata, es propenso al error de percepción, y que por
la voluntad de entregar un posicionamiento, esas distorsiones de la percepción
son trascendidas. La Aceptación incluye la habilidad para aceptar
tranquilamente tanto las limitaciones personales como las humanas, sin pérdida
de la autoestima, porque los juicios de valor han perdido su validez y son
ahora considerados como principalmente arbitrarios, opciones personalizadas.
Por tanto, las opiniones personales se convierten en destronadas y pierden su
tendencia a dominar por la fuerte presión emocional. La conciencia (superego), entonces se
convierte en benigna, ya que ha sido “desdentada”, y por tanto ya no es
necesario negarla, temerla, o proyectarla, en el mundo. Por la aceptación, en
lugar de la negación moralizada como represión, los impulsos animales son
aceptados como parte de una naturaleza a ser compensada por las características
humanas positivas.
Al trascender las críticas, los impulsos más
primitivos del instinto ya no tienen que ser compartimentados o distorsionados
de otra manera ni ser atribuidos a otros. Al mismo tiempo, los instintos
primitivos aún existen y son reconocidos, pero no se le dan curso. La
aceptación se opone a la pretensión y permite la objetividad realista.
En este nivel, el discernimiento no- emocional
reemplaza al enjuiciamiento, que a su vez suele ser altamente emocionalizado
por la ira, la indignación o la denuncia injuriosa y el ataque. Si bien es
obvio que hay muchos elementos y fuerzas en el mundo que son perjudiciales para
la vida humana y la felicidad, no es necesario odiarlos o demonizarlos, sino
hacer la simple aportación adecuada y evitarlas. Así, lo que fue demonizado
anteriormente ahora parece ser más como el mal tiempo, un maremoto, o una
fuerza de la naturaleza a tener en cuenta, pero no odiada. La vida no sobrevive
por odiar el fuego sino evitando el lugar donde puede estar encendido.
El entregar la crítica deriva en libertad para
las emociones peyorativas y del odio que, en sí mismas, aparecen ya sea
conscientemente o como culpas o miedos inconscientes de represalia y paranoia.
La humildad evita la inflación del ego, por la cual el núcleo narcisista del
ego ve a los demás como “equivocados” y al yo como “acertados” y por tanto superior.
La Humildad deriva en la entrega de la
auto-importancia del ego y la ganancia narcisista que surgen del
enjuiciamiento. Rechazar el papel de árbitro moral permite la entrega de esa
función a Dios (“el Juicio es mío “, dijo el Señor”) y resulta en desapego a
los interminables debates en el mundo sobre moral, ética, legalidad, política,
religión, étnica, judicial y posicionamientos sociales. Mientras que al ego le
gustaría ver que poner su propio “granito de arena al error” es una gloriosa
celebración de los derechos de libertad de expresión, etc., la humildad
reconoce que la humanidad ha logrado sobrevivir tanto tiempo sin opiniones
personales y asesoramiento.
La auto-honestidad requiere examinar los
motivos ocultos del ego que tienen que ver con una imagen vanidosa, expresada
como retórica y argumentación. La humildad observa que el mundo es como es, a
pesar de los millones de auto designados expertos en ella. Hay en general
resistencia a esta humilde realización porque al ego le encanta subirse a un
estrado.
¿La aceptación entonces quiere decir que la
vida personal es de poca valía, valor o significado? Por el contrario, con la
humildad, pierde el falso valor y acepta su verdadero poder y función, lo que
incrementa la energía espiritual y el poder, por lo que influye en el mundo,
especialmente a través de la conciencia colectiva de la humanidad. El poder
espiritual y la integridad de cada individuo ayuda a elevar el mar y todas las
naves en él. Las exhortaciones moralistas llevan a su opuesto como contrapeso,
mientras que la integridad de la humildad irradian poder al cual no hay
oposición.
Al entregar el egoísmo del ego, también es
necesario darse cuenta de que errar al condenar no es lo mismo que condonar, ni
condenar es una obligación moral. Todo el mundo sabe que la delincuencia es
“mala”, lo que apenas ha dado lugar a su cese.
TRASCENDIENDO EL NIVEL
350
Al renunciar al juicio emocionalizado, el
camino se despeja para entrar en la armonía y la paz como consecuencia de la
disminución de la presión de la emocionalidad. El perdón y la misericordia se
permiten por la reflexión contemplativa y la aparición de la balanza del
discernimiento y la comprensión. La resistencia a la libre emocionalización
claramente es la consecuencia de la desgana del ego a renunciar a su rol
narcisista de auto- importancia como juez y árbitro del valor y la moralidad.
El ego pretende ser piadosos y en secreto se alimenta de su actitud “puritana”,
que es la energía absorbida y apreciada. Teme que disminuirá en valoración,
valor e importancia si se rinde y se convierte sólo en un siervo de Dios en
lugar de ser Dios en su propia estimación secreta. Por tanto, el núcleo de la
resistencia es una ilusión cuidadosamente ocultada del ego y reclama la
omnipotencia y la divinidad.
Los miedos del ego pierden su ilusoria
soberanía, que en realidad es sólo grandiosidad. Las emociones oscurecen la
comprensión, el significado y el sentido, que sólo pueden evolucionar y
desarrollarse plenamente en el nivel mas elevado de la conciencia que está
libre de emocionalidad y posicionamientos. Así, el nivel de Aceptación despeja
el camino para el siguiente paso evolutivo hacia la Razón y la Lógica. El ego narcisista, carece del sentido del
humor y revela su verdadera naturaleza por su “sensibilidad” y otros rasgos
neuróticos. Carece de la capacidad de reírse de si mismo y las debilidades y
paradojas de la vida humana. Así, desarrollar el sentido del humor ayuda a la
evolución de la conciencia al desinflar la inflada auto- imagen del ego
impregnada de opiniones emocionalizadas y vanidad. La humildad excluye hacer el
ridículo o dar el espectáculo para ganar la atención o el control de los demás
mediante gritos y gestos grandilocuentes. La aceptación declina el drama y
permite la tranquila pluralidad sin marginarla por el bombardeo de los
posicionamientos que, al elevarse, atraen argumentación y ataque. La aceptación
trae paz al incluir en lugar de rechazar o denunciar, lo que ofrece la
seguridad necesaria para el desarrollo de la racionalidad y el intelecto.
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Transcending the Levels of
Consciousness by David R. Hawkins, M.D.,
Ph.D.
“TRASCENDIENDO LOS NIVELES DE CONCIENCIA. LA ESCALERA HACIA LA ILUMINACIÓN”:
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