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domingo, 24 de noviembre de 2019


PAZ, FELICIDAD, E ILUMINACIÓN
(Nivel de calibración 600)

“TRASCENDIENDO LOS NIVELES DE CONCIENCIA. LA ESCALERA HACIA LA ILUMINACIÓN”




Los estados de Iluminación surgen en el nivel de conciencia 600 como consecuencia de la sustitución de lo lineal por lo no- lineal. Este campo de energía está asociado con la experiencia designada con términos tales como trascendencia, Iluminación, Felicidad, y conciencia de Dios. Cuando este estado es alcanzado, la distinción entre sujeto y objeto desaparece, y no hay ningún punto focal específico de percepción. Con frecuencia, las personas en este nivel dejan el mundo debido a que el estado de éxtasis se opone a la actividad ordinaria. Algunos persisten, sin embargo, y se convierten en maestros espirituales, y otros trabajan anónimamente para el bien de la humanidad. Algunos vuelven al mundo y se convierten en genios notables en sus respectivos campos, haciendo importantes contribuciones a la sociedad. Los que continúan en una religión pueden incluso ser designado oficialmente como santos, aunque en este nivel, la religión formal es comúnmente trascendida y reemplazada por la pura espiritualidad de la que todas las religiones se originaron. En este momento hay seis personas en el planeta que calibran a 600 o por encima (anónimas); tres se encuentran entre 600 y 700; una entre 700 y 800; una entre 800 y 900; y una entre 900 y 1.000.

La acción en el nivel de 600 y por encima es percibida como algo que ocurre a cámara lenta, suspendido en el tiempo y el espacio. Todo está vivo, radiante, y continuamente fluyendo, desplegando una exquisitamente coordinada danza evolutiva en la que significado y Fuente son irresistibles. Esta revelación impresionante se lleva a cabo con el pensamiento o concepción de que lo que hay es un infinito silencio en la mente, el cual ha detenido la conceptualización. Lo que se está testificando y lo que es testificado son la misma identidad. El observador se disuelve y se convierte igualmente en la observación. Todo está conectado con todo lo demás y unificado por la Presencia, cuyo poder es infinito, pero exquisitamente suave.

Las grandes obras del arte, la música y la arquitectura calibran entre 600 y 700 y pueden transportarnos temporalmente a mayores niveles de conciencia y son reconocidas universalmente como inspiradas y atemporales.



DISCUSIÓN

La Trascendencia desde los “dominios” lineales hacia los no- lineales de la conciencia resulta un cambio importante de paradigma. En este nivel, no hay “esto” o “alguien” separado testificando la transición porque es Auto-Contenida, de manera que el “Conocedor” y lo “Conocido” son los mismos. Se da la condición de una infinita Paz que es inconfundible como la Presencia de Dios, la cual es de una dimensión diferente a la emocional, la paz psicológica o la tranquilidad.

En la quietud, todo sucede por su propia cuenta, autónoma y espontáneamente. El sonido no tiene ningún efecto sobre el silencio que persiste incluso en el interior del sonido. El estado es tradicional e históricamente conocido como sat- chit- ananda (éxtasis de paz). La función fisiológica puede llegar a detenerse. No existe deseo por moverse o hablar, y el Silencio interior es mudo como un pensamiento suspendido en la atemporalidad.

Que el cuerpo se mantenga y sobreviva o no, no es interesante y en realidad no tiene sentido. Es un asunto sin interés y el Universo se alza para dirigirlo. Si las propensiones kármicas se orientan a la continuación física, el cuerpo sobrevive. Si no, el cuerpo es simplemente abandonado, para ello vino a la tierra y retorna a la tierra cuando ha de servir el propósito del espíritu.

Aproximadamente el cincuenta por ciento de las veces, cuando este nivel de conciencia es realizado, el cuerpo será abandonado. Si no es así, entonces la continuación física está de acuerdo con la respuesta del mundo, que pueden instar la necesidad de comer o beber. Desde dentro, no hay ninguna inclinación por una manera u otra, ni hay necesidad de comunicar o hablar.

La Presencia es auto- cumplimiento y completa, única y exquisitamente suave y simultáneamente poderosa. Su esencia impregna toda manifestación como la Fuente de la Existencia. Todo es visto surgir de lo no manifestado hacia lo Manifiesto como Creación de una fuente que es innata, Todo Presente, y más allá de la voluntad.

En la Unidad y lo Uno, todo es simultáneamente intrínseco a todo lo demás, pero no en virtud de ser “eso” o “lo otro”. En el contexto infinito de la Totalidad, la potencialidad es activada por Orden Divina, comúnmente conocida como la Voluntad de Dios. El término “Voluntad” es, sin embargo, un tanto engañoso, ya que implica volición. La Creación es testificada como el despliegue y revelación de la emergencia de lo infinito potencialmente como Creación. Por tanto, no existe la dualidad de un “esto” (Creador) creando un “eso” (Creación) porque Creador y Creación son uno y lo mismo, y la Creación es auto- resplandeciente.

Todo lo que existe es perfecto y completo. La creación no se dirige de la imperfección a la perfección, como testifica el ego, sino que se dirige de la perfección a la perfección. La ilusión de dirigirse de la imperfección a la perfección es una opinión. Por ejemplo, un capullo de rosa no es una rosa imperfecta, sino es un capullo de rosa perfecto. Cuando está medio abierta, es una flor desplegándose perfecta, y cuando está completamente abierta, es una flor abierta perfecta. A medida que se desvanece, es una flor perfecta desvanecida y luego se convierte en una planta seca perfecta, que se convierte en perfectamente latente. Cada una es perfecta en cada expansión como emergencia y despliegue de la evolución de la Creación. Así, la ilusión de “cambio” se reemplaza al testimoniar el proceso de la manifestación de la realidad desde la potencialidad (transición, emergencia, despliegue, metamorfosis).

Sin injerencia de la interpretación mental, la perfección de Todo lo que existe se evidencia por su belleza intrínseca, que es la apariencia física transformada de su perfección. Sin la edición y clasificación que emana exclusivamente de la mente lineal, todo se ve igualmente exquisito. Lo que el mundo pasa por alto como una mala hierba es igual belleza a la de la flor. El diseño de viviente- escultura de toda la naturaleza es igual, sin clasificación, y todo está realizado con el mismo mérito o valor. Todo es expresión de la Divinidad como Creación -todo es igualmente sagrado y santo.

Igual a cualquier otra cosa, el cuerpo también es autónomo y dirigido por sí mismo. En el nivel de los 600s, no hay locus causal volitivo, tal como un ser personal, un “mi” o un “Yo” que es imaginado como un agente causal o un “decididor” de la acción.





LAS DINÁMICAS DE LA PAZ Y LA ILUMINACIÓN

En la vida ordinaria, el ego dice ser el autor de la acción. Esta afirmación egoísta, que se experimenta como una realidad interior, es una ilusión basada en la función no reconocida del ego, la de estar editando instantáneamente. Este fenómeno sucede a 1/10.000 partes de un segundo después de que un fenómeno haya realmente ocurrido. La mejor analogía para esta función del ego, como se mencionó anteriormente, es la función del monitor en una grabación de cinta. A medida que el sonido es grabado en la cinta, la función del monitor te permite escuchar lo que acaba de ser grabado una fracción de segundo antes. Por tanto, uno no está experimentando la fuente sino una grabación con un retraso de una fracción de segundo. Este retraso es intrínseco a toda la experiencia del ego de la vida ordinaria por lo que la mente no experimenta la realidad, sino su reproducción instantánea retrasada a través de la proyección de la percepción. En el nivel 600, este retraso desaparece y, con él, la ilusión de un “esto” o un “eso”, ya que sin retraso en el procesamiento, el “esto” y el “eso” confluyen en una unidad que no está artificialmente separada. Sin la posición interna del dispositivo de proyección del ego, los fenómenos son experimentados directamente y no a través de la ilusión de un espectador.

Ser uno con los fenómenos en lugar de estar separado de ellos da lugar a experimentar la vitalidad y la Totalidad de la Presencia expresada en Todo lo Existente. Todo lo que tiene existencia no está sólo pasivamente, “aquí” sino que aparentemente se presenta a la consciencia como una cualidad de su existencia y no como una intención de la voluntad. Así, el universo parece ser un regalo de exquisita belleza y perfección que brilla con el Resplandor intrínseco de la Divinidad. Fenomenológicamente, el testimonio podría ser descrito como fascinante con todos los movimientos presenciados como a cámara lenta.

Los fenómenos, el movimiento y la acción, que han sido previamente atribuidos al ego/ yo, se ven ahora siendo autónomos, sin un foco específico que los origine, y mucho menos un independiente “Yo” o “mi”. En cambio, el sentido de “Yo- idad” se expande y es todo inclusivo en un nivel más primordial, que lo abarca todo, e innato como Esencia en lugar de identidades separadas. Como una consecuencia, esta percepción de la relación también desaparece porque se trata de una construcción mental en relación con la percepción de la separación, que es reemplazada por la consciencia de la inclusión no- lineal. Así, sin separación percibida que ser explicada, la noción de la relación se vuelve sin sentido e inaplicable. El Ser no tiene una “relación” con el mundo porque la Existencia es su indivisible Esencia. (De manera análoga, la ciencia ha descubierto que no hay un “centro” identificable del universo.)

Aunque el banco de datos de la memoria sigue estando disponible, su valor es el de la capacidad de reconocimiento descriptivo que permite la continuación de las funciones corporales, si esa es la opción kármica. El cuerpo entonces parece funcionar sobre un principio más o menos comparable al momento. Como se ha descrito en trabajos anteriores, es como un “juguete de cuerda kármico” que sigue su curso por sí mismo.

La transformación en el nivel 600 y por encima es consecuente a la disolución del núcleo narcisista del ego, que ilusoriamente presume de ser soberano y por tanto un agente causal primario y el autor de la voluntad. Esta inferencia está incluida en el significado del término “egocéntrico”. Por lo tanto, en el núcleo del ego esta la presunción básica por la que se identifica a sí mismo como fuente primaria de la existencia, la acción y la decisión, y así usurpa la soberanía de la Divinidad. Esta presunción primitiva es abiertamente mostrada en el estado patológico denominado “narcisismo mesiánico maligno” en el que el núcleo del ego es verdaderamente adorado. A lo largo de la historia, esta auto-deificación ha sido abiertamente expresada desde la época de los emperadores romanos cuando declararon literalmente ser Dios, hasta la actualidad los líderes mundiales muestran un ego inflado grandioso, omnipotente. (El síndrome narcisista mesiánico maligno [cal. 30], es descrito en detalle en el capítulo 15 de Verdad contra Falsedad.)





TRASCENDIENDO EL NIVEL 600

Para la conceptualización y educación común, podría parecer que la Felicidad sería el último estado. Mirándolo desde el punto de vista del propio ego, es precisamente eso. Atrás han quedado la ansiedad, la anticipación, el arrepentimiento, la atracción o el deseo. También quedaron atrás las normas, los objetivos, las metas, los procesos y las condiciones que deben ser cumplidas o completadas o los roles que aún no han sido representados. En este nivel, no hay ninguna persona, ser, u otras personas con las que lidiar. Todo ocurre sin esfuerzo, espontáneamente y simplemente se presenta austeramente como lo que es. De modo similar, “cualidades”, que son percepciones descriptivas, desaparecen. Todo simplemente es como es, sin adjetivos. La mente se silencia porque, sin un sujeto o un objeto y sin ningún actor de “esto” haciendo un “eso”, no hay necesidad de verbos. Sin calificaciones no hay necesidad de adjetivos. Además, desaparece la voluntad al no haber decisiones que tomar, y todo se desarrolla espontánea y autónomamente como la expresión de la evolución de la Creación.

Lo que queda después de la disolución de estas funciones del ego es la consciencia / testificando, pero en realidad sin un testigo, es la conciencia en si misma lo que queda. Como tal, no hay necesidad de procesamiento ya que las opciones no están ya separadas por cualidades lineales superpuestas. Por tanto, no hay necesidad de elegir o sopesar los pros y los contras. Operativamente, la información es suficiente en sí misma y por lo tanto la acción es autónoma. La toma de decisiones ya no es necesaria porque la concordancia reemplaza las relaciones u opciones. Además, sin “hacedor”, nada “sucede”, de la experiencia que podría requerir la proyección de un punto de vista limitado y opinión de acompañamiento.

Con el cese de la experiencia del tiempo, la secuencia desaparece; por lo que no hay “antes” ni “después”. La armonía de la Unidad de Concordia está evolucionando como lo potencialmente expresado en si como manifestación, pero carente de intencionalidad. La mejor analogía podría ser el movimiento del universo que están armoniosamente en concordancia con la totalidad, Así, la gravedad es intrínseca a la Creación y su campo es “concomitante” en lugar de “causal” o “consecuente”, que son términos que representan construcciones mentales hipotéticas exploratorias. La concordancia es una expresión de la Divina Unidad y Armonía, que aparece con trascendencia de la división dualista de Descartes de la res interna (cognición) y la res externa / extensa (el mundo tal como es). En la Unidad del Uno, no existe un separado “esto” causando un separado “eso”.

Trascender el nivel 600 requiere abandonar la identificación con las cualidades (del testimonio / observación), que en realidad son cualidades autónomas inherentes a conciencia en sí. Con la meditación profunda, se descubre que estas cualidades han sido inconscientemente identificadas con lo que requiere la entrega de la ilusión o pagos por ser el testigo o el observador.

El principal bloqueo para pasar a niveles aún más avanzados de Iluminación es la satisfacción, el placer, y el apego inconsciente al estado de Felicidad en si. Además, es experimentado como plenitud y totalidad. Entonces surge el conocimiento de que incluso esto también, tan exquisito como pueda ser, debe ser entregado a Dios. Con su entrega surge un todavía inimaginable paradigma incluso más expansivo.


Como Referencia:

Calibración de los Niveles de Algunos Maestros y Escritos en los 600s:

            
MAESTRO
ESCRITURAS
Abhinavagupta   
655                                          
Abhinavagupta                               
655
Aurobindo       
605                                          
Un Curso de Milagros  
 (libro de ejercicios)                          
600
Karmapa
630
Aggadah
645
Kasyapa
695                                          
Génesis (Biblia Peshitta             
-Lamsa en inglés)                           
660
Magdeburg 
640
Evangelio de San Lucas                  
699
Muktananda
655
Evangelio de Santo Tomás             
660
Satchidananda 
605                                         
Kabbalah
605
Towles, J.
640
Enseñanzas de Lao Tzu                   
610
Vivekananda
610
Midrash
665

Mishneh
665
Nuevo Testamento (Reina- Valera                                                                     -King James en inglés)                     
640
Salmos (Biblia Peshitta )
660


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Transcending the Levels of Consciousness  by David R. Hawkins, M.D., Ph.D.













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