EL CORAJE
(Nivel de calibración
200)
“TRASCENDIENDO LOS NIVELES DE CONCIENCIA. LA
ESCALERA HACIA LA ILUMINACIÓN”
En el nivel del Coraje, la energía espiritual
altera profundamente la experiencia de si mismo y los demás, por lo tanto, es
el nivel del comienzo del poder. Esta es una zona de exploración, realización,
fortaleza, y determinación. En los niveles inferiores, el mundo es visto sin
esperanza, triste, espantoso, tentador, o frustrante, pero en el nivel del
Coraje, la vida se ve excitante, desafiante y estimulante.
El Coraje implica la voluntad de probar cosas
nuevas y hacer frente a las vicisitudes de la vida. En este nivel de poder, uno
es capaz de hacer frente y manejar eficazmente las oportunidades de la vida. En
el nivel 200, por ejemplo, hay energía para aprender nuevas habilidades en el
trabajo, y el crecimiento y la educación son metas alcanzables. Hay capacidad
para hacer frente a los miedos o los defectos de carácter y crecer a pesar de
ellos, y la ansiedad no paraliza el esfuerzo como lo hacía en las etapas
inferiores de la evolución. Los obstáculos que vencen a las personas del nivel
de conciencia por debajo de 200 actúan como estimulantes para quienes han
evolucionado al primer nivel de verdadero poder.
Las personas en este nivel retornan al mundo
tanta energía como la que toman de él. En los niveles inferiores, las
poblaciones y también las personas drenan energía de los otros individuos y la
sociedad, sin reciprocidad. Ya que el intercambio resulta en una
retroalimentación positiva, la auto-recompensa y la autoestima se vuelven
progresivamente auto -reforzadas. Aquí es donde comienza la productividad.
Cruzar el nivel 200 es el paso más crítico en
la evolución de la conciencia humana y su calidad es concordante tanto en la
vida interior como la exterior. El desarrollo de la capacidad de orientarse a
la verdad reconocida en lugar de obtener beneficios personales separa
claramente la verdad de la falsedad. La elección decisiva de dar este paso es
la de aceptar la responsabilidad y ser responsable de las propias decisiones o
acciones. Esto también indica el cambio de ser dominado por las emociones
primitivas, que se atenúa por la inteligencia y validez verificable en lugar de
por la emotividad egoísta que se traduce en falacias y racionalidad
distorsionada. Así, el coraje representa la conquista del miedo a la pérdida de
lo obtenido, así como su remplazo por más recompensas a largo plazo de verdad.
En el nivel de 200, hay una aceptación
intuitiva de la verdad de rendir cuentas como realidad espiritual y social.
Esto va acompañado por el surgimiento de la consciencia de la responsabilidad
por el destino de la propia alma y no sólo por el cuerpo y la satisfacción del
ego. La verdad se ve ahora como aliada en lugar de como enemiga. La orientación
con la verdad en lugar del beneficio trae fuerza, respeto por uno mismo y
verdadera investidura de poder y no incremento del ego. La máxima de: “¿Qué
gana un hombre si gana el mundo, pero pierde su alma?” ahora se convierte en un
axioma que guía las decisiones y las elecciones de las opciones.
El Coraje trae confianza interna y una mayor
sensación de poder personal, ya que no depende de los factores externos o los
resultados. Elegir la integridad y la auto-honestidad es auto-gratificante y
reforzante. Hay una mayor sensación de libertad interior debido al alivio de la
culpa y el miedo que sutilmente acompaña a todas las violaciones de la verdad, porque
en el nivel inconsciente, el espíritu sabe cuándo el ego está mintiendo y
violando premisas que operar fuera de la conciencia consciente. Esto emana de
un arquetipo en el inconsciente colectivo, según lo descrito por el
psicoanalista suizo Carl Jung (cal. 520). La acumulación de deuda espiritual
inconsciente (karma) progresivamente desciende el nivel calibrado de conciencia
de aquellos que violan la verdad. Entonces tienen que compensarlo por el
orgullo defensivo, la ira, la culpa, la vergüenza y el miedo a la Sentencia
Divina definitiva.
La firmeza e integra actuación resulta en
gratificaciones internas que provienen de la realización satisfactoria de las
normas internas. En este nivel, es el esfuerzo y la intención, y no sólo el
resultado lo importante. El que “Para ti mismo sea verdad” domina
progresivamente las elecciones, las decisiones, y el surgimiento de un sentido
interior de honor. El objetivo a largo plazo de la vida se vuelve el desarrollo
del potencial interior, como fortaleza, en lugar de la adquisición de lo
externo. Aunque el coraje es tanto
reconocido como recompensado por la sociedad, la aprobación social se vuelve
sólo secundaria, las personas integras saben que es posible engañar al mundo, pero
no a uno mismo. Debido a la mayor consciencia que ocurre en el nivel 200, las
tentaciones para violar la integridad del beneficio son reconocidas y
rechazadas, mientras que por debajo del nivel 200, se racionalizan para la
rápida adquisición del beneficio sin importar las consecuencias.
Desde la investigación de la conciencia
calibrada, se verifica que todo el mundo sabe inconscientemente cuando están
siendo engañados, lo cual es rápidamente revelado por la prueba muscular que al
instante discierne la verdad de la falsedad. Este debilitamiento de la
respuesta de la musculatura del cuerpo y las alteraciones del flujo de energía
a través del sistema de acupuntura indican que la consciencia de la diferencia
entre verdad y falsedad es intrínseca a la energía de la vida y es reflejada en
la respuesta del cuerpo, aunque la mente la niegue.
La energía de la conciencia en el nivel 200 se
orienta a la integridad de la razón, y por tanto, los engaños distorsionados de
la retórica son rechazados por ser débiles y fallidos. Con este paso adelante
de la evolución, hay una disminución importante de la emocionalidad y la
fantasía de deseo. La vida se vuelve así menos dramática, y los pagos
transitorios a las posiciones del ego negativo pierden su atractivo porque se
han quedado sin recompensa. A cambio, hay una mayor ecuanimidad y la sensación
general de seguridad que sólo puede ser adquirida por la adhesión a la
honestidad interior. Por ensayo y error, se descubre que el coste del
compromiso no compensa el riesgo de la confianza a la que la integridad se ha
acostumbrado.
EXPRESIONES SOCIALES
La preocupación por los demás y la capacidad
para la responsabilidad social surgen por encima del nivel 200. Que el setenta
y ocho por ciento de la población mundial esté por debajo del nivel de
conciencia 200 (en Estados Unidos, cuarenta y nueve por ciento), explica por
qué el mundo es como es, con su interminable conflicto, guerras, pobreza,
delincuencia, etc. Las investigaciones indican que la fuente de estos problemas
es endógena y no exógena.
La auto-honestidad alivia las emociones
negativas de los campos de energía más bajos. La ansiedad, el miedo, la
inseguridad, y la culpa disminuyen al igual que la frustración, el
resentimiento y la ira. Las emociones negativas no son ahora bienvenidas ni
desagradable tanto para uno mismo como para los demás. La argumentación, el
conflicto y la discordia ya no son atractivos porque han perdido su inflación
del ego. Las dificultades transitorias de las realidades sociales son aspectos
aceptados de la vida humana en lugar de ser visto como insultos personales. Hay
una repugnancia progresiva por la violencia y la teatralidad de la política y
el extremismo ideológico, a medida que la homeostasis de la calma- interior es
preferida a la emoción de la adrenalina.
Con la madurez, se desarrolla un sentido del
humor que sustituye a los ataques hostiles y arrebatos. La paz y la
tranquilidad que parecían aburridas para los niveles de conciencia más bajos
son ahora preferidas, así como los períodos de calma durante los que pensar y
contemplar. La reflexión ahora se vuelve más importante que la reactividad
emocionalizada. Los deseos son menos exigentes, y la cualidad de la paciencia
reemplaza la impulsividad y la intolerancia por el retraso de la gratificación.
En el nivel 200, la vida se vuelve más
deliberada y la impulsividad disminuye. La felicidad personal se convierte en
una meta alcanzable, y la gratitud reemplaza al resentimiento, la
autocompasión, y el culpabilizar a los demás. La experiencia subjetiva del
mundo cambia para mejor, y la gente parece más amable y hospitalaria. El
glamour de lo especial se desvanece como atractivo, y los excesos se reemplazan
por el equilibrio. El Coraje lleva a la exploración y el auto-desarrollo, y
facilita el crecimiento personal y la evolución de la conciencia.
La clave fundamental para fluir hacia la
fortaleza del coraje es la aceptación de la responsabilidad personal y tenerla
en cuenta. Este paso importante requiere la renuncia de la dualidad falaz
víctima / perpetrador que socialmente socava la integridad a través de culpas y
excusas basadas en las falacias relativistas y teorías dualistas, morales y
sociales por las cuales una “causa” externa o condición social sustituye la
autoría de la integridad personal y la honestidad con uno mismo.
Así, el coraje también incluye elevarse por
encima de la identificación con las racionalizaciones que caracterizan a los
sistemas de creencias sociales que calibran por debajo de 200 y se basan en
presunciones de culpabilidad y excusas. Incluso si existen o ha habido “causas”
externas, conviene al individuo elevarse por encima de ellas. La sociedad está
plagada de ejemplos muy publicitados de tal invocación al valor, incluso frente
a las calamidades graves (por ejemplo, McCain, 2005). Por experiencia, el
desafío más común del coraje es el miedo, mejor dicho, la propia duda y el
miedo al fracaso. El coraje no significa ausencia de miedo, sino la voluntad de
superarlo, que, cuando se consigue, revela fuerza oculta y capacidad de
fortaleza. El miedo al fracaso disminuye al darte cuenta de que eres
responsable de la intención y el esfuerzo, pero no del resultado, que depende
de muchas otras condiciones y factores que son no personales.
La decidida intención además de la dedicación
apoyada por la inspiración sorprendentemente puede traer el éxito a pesar de
los fracasos anteriores. Esto revela la capacidad interior para la valentía y
la fortaleza que generalmente aumentan la autoestima y la confianza. Muchas de
las tribulaciones de la vida sólo puedeN ser atravesadas “haciendo codos”, lo
que forja la confianza en uno mismo.
LAS DINÁMICAS DEL EGO
El nivel 200 tiende a ser auto- reforzante
debido al equilibrio interno, la orientación con la integridad y la verdad, y
el buen funcionamiento. Su máxima interna es “mantener el rumbo” y, como un
barco, enderezarse de los efectos temporales de las olas de la vida. Las
emociones más bajas todavía irrumpen periódicamente y requieren corrección,
pero ahora no son bienvenidas en lugar de buscadas o valoradas.
El nivel calibrado de conciencia es una
consecuencia de la orientación a los principios espirituales. Ellos dirigen el
propio destino de uno y es análogo a fijar el rumbo de un barco. Al orientarse
con la integridad, se da la aceptación de los defectos de carácter, que son
vistos como desafíos para la superación personal más que como excusas para
culpabilizar, la auto-compasión, o el resentimiento. En el nivel 200, las metas
son valoradas y dirigidas, y su logro es tanto realista como factible.
La función del ego psicológico, como lo ve el
psicoanálisis, es orientar la personalidad con la realidad social del mundo
exterior y simultáneamente equilibrar el componente de la personalidad de la
conciencia (el superego de Freud) con el “ego ideal” (normas interiorizadas)
contra los impulsos instintivos animales primitivos (el “Id”). La falta de
éxito en esta función necesaria lleva a condiciones patológicas y rasgos, tales
como la proyección de la desaprobación interna, el miedo, o los instintos
primitivos sobre los demás en el mundo externo (por ejemplo, la culpabilidad o
la paranoia). La falta de control de los instintos deriva en brotes de rabia
reprimida, así como miedo y depresión. Un excesivo o sádico superego también
puede ser proyectado sobre los demás y dar lugar a rasgos de carácter rígidos,
odio a sí mismo, y auto- castigo culpable. Es importante conocer estos
mecanismos y son mejor descritos por Anna Freud en El yo y los Mecanismos de
Defensa (1971).
El éxito de la auto- investigación requiere una
evaluación realista de las limitaciones del desarrollo humano y tolerancia
tanto a la ambigüedad como a la normalidad de no ser perfectos. Por el
crecimiento interior del poder espiritual, los pagos a las posiciones del ego
inferior se rechazan por el placer que es innato a su sustitución por la
honestidad y la integridad. Ecuánimemente en sí mismo se encuentra que es a la
vez tanto gratificante como placentero, y también aumenta la auto-
confianza.
Del nivel 200 para arriba, la relación social
responsable es ahora posible. Mientras que los niveles emocionales más bajos
llevan a la participación con los demás, a 200, la intención ahora cambia a
orientarse con los demás y al principio de recompensa mutuo en lugar de la
egocentricidad.
Sin la interferencia de las distorsiones
narcisistas, la capacidad de probar la realidad sustituye a las ilusiones
perceptivas y pretensiones. Sin la constante interferencia de la discordia,
aparece la armonía como principio operativo que permite llevarse bien con los
demás y coordinar actividades. La consecuencia es un aumento de la aprobación y
la aceptación social. Cada uno a su vez refuerza la integridad de los objetivos
y las motivaciones. La ansiedad y la incertidumbre son aceptadas como normales
y concomitantes al crecimiento (nuevo trabajo, nuevas relaciones, etc.).
Debido a la alineación con la verdad a 200, hay
una mayor capacidad para discernir la verdad de la falsedad, y marcados avances
del intelecto, desarrollando la capacidad de detectar y sustituir la emotividad
retórica por lo valido, lo confirmado válidamente. Existe por tanto la
habilidad para detectar la simulación y las ilusiones por las cuales la
imaginación y la fantasía sustituyen la lógica y el equilibrio. Debido a que
por debajo del nivel 200, la verdad ha sido vendida por un beneficio, no hay
capacidad de discernir la verdad de la falsedad, y las falacias son aceptadas
sin crítica como convincentes.
Por tanto, por debajo de 200 hay verdaderamente
una pérdida significativa de la realidad observada y también de capacidad
intelectual. (Las personas por debajo del nivel de calibración 200 son
incapaces de utilizar la prueba muscular de la verdad y obtienen resultados
falsos.) Aunque por debajo del nivel
200 hay capacidad para procesar “hechos” (lineal), aún no hay capacidad para
discernir la verdad, que no es lineal y depende de la capacidad para el
pensamiento abstracto.
La Mente Inferior utiliza los hechos para
apoyar los posicionamientos, mientras que la Mente Superior respeta el
equilibrio, el significado, y la concordancia de los niveles de abstracción.
Así, progresivamente, el significado es alineado con los niveles de la verdad
como consecuencia de las normas disciplinadas de la lógica y la razón en lugar
de las ilusiones del pensamiento.
Por debajo del nivel 200, los hechos se
construyen sin respeto por las categorías de igual valor, y la evidencia
contraria es así ignorada o racionalizada. Por tanto, la mente superior está
sujeta a la disciplina, las leyes de la dialéctica, y los requisitos para la
integridad intelectual.
El discernimiento de la verdad depende por
tanto de replantear el contexto, que es profundamente influenciado y
categorizado por el sentido y el significado. Mientras que los hechos, cuando
son lógicamente ensamblados, puede ser citados como “prueba”, la verdad está en
un nivel diferente de abstracción y sólo puede ser substanciada por otros
medios de confirmación. Incluso en el mejor de los casos, la mente humana, en
sí misma, es intrínsecamente incapaz de discernir “los hechos” de la verdad y
la verdad de la falsedad. El discernimiento de la verdad es ayudado por la
humildad y el espíritu de equilibrio, la investigación integra. Un ejemplo
clásico es el de los hermanos Wright, que fueron ridiculizados por “el hecho”
de que las aeronaves son más pesadas que el aire y por lo tanto incapaces de
volar. Que los hechos seleccionados pueden llevar a muy erróneas conclusiones
está bien ejemplificado por los argumentos del escepticismo.
Trascendiendo el Nivel 200 La visión de Dios a 200 es la de la
confianza, la justicia, el equilibrio con la autoridad, y la provisión de los
mecanismos para compensar la falta de perfección a través de la salvación,
aceptar la responsabilidad de los defectos, y luchar por la moralidad. Este punto
de vista más benigno de la Divinidad reemplaza los niveles más bajos
“antropológicos”, las imágenes proyectadas de Dios tan propensas a las
debilidades humanas extremas, tales como el orgullo, la rigidez, la crítica, la
venganza, la ira, la parcialidad, y los celos de aparentar la etnia y el
favoritismo geográfico. En el nivel
200, la religión es respetada y considerada como una opción en lugar de una
amenaza. Los principales principios son para evitar el pecado, aceptar la
responsabilidad espiritual, y rechazar la tentación (por ejemplo, en la Oración
del Señor). La oración es vista tanto como adoración como confirmación de la
voluntad de Dios, y pedir consejo es natural como consecuencia de la humildad y
la aceptación de los defectos de carácter. Así, la moral tiende a ser un foco
importante que a menudo se refleja en actitudes responsables socialmente y el
respeto a los valores tradicionales. Aunque todavía está el temor al Juicio
Divino, es aminorado por la fe en la imparcial misericordia de Dios, y el
perdón en respuesta a la contrición y la promesa de salvación.
La dedicación a no pecar y la integridad llevan
los defectos de carácter a la consciencia, lo que resulta en humildad
espiritual y consciencia de que sin la ayuda de Dios, el ego y sus limitaciones
son difíciles o, a veces imposibles aparentemente de superar. El temor al
pecado, aunque no abrumador, sigue siendo seriamente considerado. Esto permite
la afiliación religiosa y la observancia que se considera racional y también
reconfortante. Respeto a la autoridad resulta la aceptación y el cumplimiento
de los conceptos religiosos / espirituales, junto con una comprensión de la
necesidad de la fe.
El coraje es el resultado de un acto de la
voluntad por la cual se toma la decisión de aceptar la honestidad interior y la
integridad como principios axiomáticos de la vida a seguir a pesar de todas las
resistencias, tentaciones y obstáculos. El deber al yo y los demás se orienta
con los principios espirituales y el coraje para superar esos obstáculos y
resistencias. Por la intención y la práctica exitosa, las vicisitudes de la
vida, tanto internas como externas, se convierten en oportunidades para
aumentar la fortaleza. Este es el fundamento de la confianza en uno mismo, en
Dios, en verdad espiritual, y en la vida en si misma, establecida como una roca
fundacional.
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Transcending the Levels of
Consciousness by David R. Hawkins, M.D.,
Ph.D.
“TRASCENDIENDO LOS NIVELES DE CONCIENCIA. LA ESCALERA HACIA LA ILUMINACIÓN”:
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