EL SUFRIMIENTO
(Nivel de calibración 75)
Este es el nivel de la tristeza, la pérdida, y
el desaliento. La mayoría de las personas lo han experimentado en algún
momento, pero los que permanecen en este nivel viven una vida de
arrepentimiento constante y depresión. Este es el nivel del duelo, el dolor, y
el remordimiento por el pasado. Es también el nivel de los perdedores
habituales y los jugadores crónicos que aceptan el fracaso como parte de su
estilo de vida, a menudo desembocando en la pérdida del puesto de trabajo,
amigos, familia, y oportunidades, así como el dinero y la salud. Las pérdidas importantes en la vida temprana
te hacen después vulnerable a la aceptación pasiva del sufrimiento, como si la
tristeza fuera el precio de la vida. En el sufrimiento uno ve tristeza por todas
partes -la tristeza de los niños pequeños, las condiciones del mundo, e incluso
la tristeza de la vida en si misma. Este nivel colorea la propia visión de toda
la existencia. Parte del síndrome de la pérdida es el sentimiento de
incapacidad para reemplazar lo perdido o lo que simbolizó. Hay una
generalización de lo particular, por lo que la pérdida de un ser querido se
equipara con la pérdida del amor en si. En este nivel, las pérdidas emocionales
pueden desencadenar una depresión grave o incluso la muerte. Aunque el Sufrimiento es el cementerio de la
vida, todavía tiene más energía que la apatía. Así, cuando pacientes apáticos
traumatizados comienzan a llorar, sabemos que están mejorando, una vez que
empiezan a llorar, comerán de nuevo.
CLÍNICA
El Sufrimiento es una experiencia humana
universal que es difícil ver o atravesar, por su emotividad con las que las
personas están más que familiarizadas. En menor grado, puede ser expresado como
lamento, pero cuando es importante, puede ser incapacitante y abrumador. La universalidad de la experiencia se debe a
la estructura y la naturaleza del ego, que menosprecia la fuente de la
felicidad como externa o emocional e impregnada de lo especial. En realidad, la
única fuente de felicidad está en el interior, y su mecanismo es intra-
psíquico e interno. Cuando un objeto deseado, situación o relación es obtenido,
el mecanismo interno opera con la satisfacción de ese deseo porque el objeto,
la persona o la condición se ha imbuido de cualidades especiales. El valor está
en los ojos del espectador no en lo percibido y no es intrínseco al objeto
deseado o la persona en sí mismos. Por lo tanto, el sufrimiento está vinculado
al deseo, así como a la propiedad. La
sociedad en su conjunto supone que ciertas condiciones, objetos o cualidades
son valiosas, y este acuerdo afecta a la elección personal. La persona
espiritualmente evolucionada que tiene pocos deseos o apegos es relativamente
inmune al sufrimiento, ya que la experiencia de la fuente de la felicidad se
origina en el interior y no depende de factores externos.
Si la fuente de la felicidad es adquirida a
través de los mecanismos del ego, está basada en imágenes, sistemas de
creencias, y proyecciones de los valores en lugar de la realidad absoluta en
sí, la cual es invulnerable a la pérdida. Los objetos, cualidades o relaciones
se vuelven sobrevalorados en virtud del mecanismo del apego y la consiguiente
proyección de valor. Cuanto más proyectamos lo especial en relación con el
objeto o persona deseados, mayor es el potencial para el dolor y la pérdida. El
miedo a la pérdida contribuye al apego dependiente a los atributos sociales,
tales como el dinero y la fama. La
felicidad es la recompensa psicológica interna por el logro de los objetivos
externos como sistema de auto-recompensa, y el error es pensar que la fuente de
la felicidad se encuentra “ahí fuera” en lugar de originarse desde el interior.
El prototipo es establecido por el proceso de
la evolución en sí. En lo primordial, como también más tarde en la vida, las
formas de vida animal no fueron auto-suficientes, sino que dependieron de
fuentes externas de energía que podían ser encontradas al buscar, probar y
fallar. Así, el mecanismo biológico fue establecido como necesidad de
búsqueda-prueba y error- encontrar- recompensa. En humanos, el mismo patrón persiste en
niveles de conciencia por debajo de 200. La adquisición es básicamente
supervivencia instintiva animal, que depende de “obtener” pareja, alimento,
territorio, alojamiento, dominio y control. Por tanto, en los instintos
animales, la fuente de felicidad está programada como proveniente de “ahí
fuera”. Es por lo tanto “conseguible” y consecuentemente sujeta a pérdida. Con
el apareamiento y la afectividad animales, esto se extiende a la pareja y los miembros
del grupo. El sufrimiento puede ser visto en el nivel animal en las reacciones
de las manadas de lobos, elefantes herbívoros, y monos, imitadores, y colonias
de gorilas que padecen el proceso del duelo.
La externalización de las fuentes percibidas de felicidad conduce al
apego y la emergencia del control como mecanismo de supervivencia importante,
junto con el deseo por el estatus y sus símbolos de la seguridad, y por tanto,
el materialismo.
ORIENTACIÓN ESPIRITUAL
No es raro, que las mayores pérdidas deriven en
la búsqueda de ayuda y respuesta de la religión y la espiritualidad.
Emocionalmente, la gente encuentra consuelo en el apoyo empático, la oración, y
el retorno a las prácticas religiosas. Perder, por tanto proporciona, una
oportunidad para aumentar la intención de reevaluar los principios espirituales
y ponerlos en práctica y no sólo apreciarlos intelectualmente. Una pérdida es, al principio, un
acontecimiento no bienvenido, ya que es perjudicial y emocionalmente intrusivo.
La respuesta inicial bien puede ser tanto un shock como el resentimiento, o
incluso la incredulidad. Una tormenta emocional demanda energía y atención en
un momento en el que la energía es baja, derivando en ira. Ayuda a asimilar la
crisis el centrarse en ciertas realidades interiores y trascender sus
limitaciones inherentes. Hay ira y
resentimiento, y también miedo a la pérdida de control cuando la pérdida es
involuntaria e inesperada. La irrupción en la vida de lo inesperado también
crea ansiedad por el reajuste forzoso, que puede requerir la toma de decisiones
importantes. Es bueno saber que la investigación espiritual indica que todo
sufrimiento y dolor emocional derivan de la resistencia. Su curación es a
través de la entrega y la aceptación, que alivian el dolor.
Mientras la ilusión de que uno está entregando
la pérdida de una persona aparentemente esencial, objeto, deseo, propósito, o
cualidad, uno está verdaderamente asimilando el dolor de la ruptura del apego;
lo “que” uno está entregando es verdaderamente el propio apego en sí. Una
verdad básica a ser comprendida en el proceso es que no es posible, una fuente
verdadera de felicidad fuera del propio ser. La pérdida realmente trae antiguas
ilusiones a la superficie, junto con las oportunidades para reducir su dominio
en la psique. El ego tiene una multitud de apegos a creencias, consignas,
objetos, personas, títulos, dinero, comodidades, entretenimiento, facilidades,
fichas sentimentales, y recuerdos de todo lo anterior.
El ego / mente aprecia lo que es temporal y
transitorio, ya que lo valora como “especial” y por tanto lo ve como una
“fuente” de la felicidad.
Paradójicamente, la pérdida es simultáneamente libertad y apertura a
nuevas opciones. La pérdida sirve a las adaptaciones internas y las cualidades
que representan oportunidades para el crecimiento. Simultáneamente, la mente se
lamenta y desearía deshacer los cambios y volver a la comodidad de las
circunstancias formadas, pero el crecimiento del desarrollo evolutivo es
insistente. Por tanto, el resentimiento está en tener que cambiar.
El cambio puede ser una fuente de placer
anticipado si es elegido y una fuente de resentimiento si es resistido. Nunca
hay un momento que no sea el momento presente, y ninguna experiencia ni en el
pasado ni en el futuro, excepto en sus fantasías y recuerdos. La única fuente
de felicidad está basada realmente en el presente, y lo que está en el presente
no está sujeto a la pérdida. Todas las
formas de pérdida son una confrontación para el ego y sus mecanismos de supervivencia.
Todos los aspectos de la vida humana son transitorios; por lo que aferrarse a
cualquier aspecto con el tiempo traerá sufrimiento y pérdida. Cada incidente,
no obstante es una oportunidad para buscar en el interior la fuente de la vida,
la cual está siempre presente, inalterable, y no sujeta a pérdida o los
estragos del tiempo.
El ego se perpetúa a si mismo por su compleja
red de valores, sistemas de creencias, y programas. Así surge la necesidad de
conseguir más energía a medida que se hacen más adornadas y elaboradas, a veces
hasta el punto de la fijación. El origen del dolor no es el sistema de
creencias en sí, sino el propio apego a él y la sobrevaloración de su valor
imaginario. El procesamiento interno del apego es dependiente del ejercicio de
la voluntad que es la única que tiene el poder de deshacer el mecanismo del
apego por el proceso de entrega. Esto puede ser experimentado subjetivamente o
contextualizado como sacrificio, aunque en realidad es una liberación. El dolor
emocional de la pérdida surge del propio apego y no de lo “que” ha sido
perdido.
Es difícil, al principio, entregar los apegos y
los sistemas de creencias que han sido reforzados socialmente por consenso,
como la riqueza, el éxito, la fama, la belleza, entre otros. Todos estos
representan el mismo concepto, que con algún tipo de “complemento”, “este”
traerá mayor felicidad. Aparte del proceso del apego, el otro concomitante a
los mecanismos del ego es la creencia de “tener”. La investigación de la conciencia revela que
los grados de felicidad son concordantes con los niveles calibrados de
conciencia más que con factores externos. Por el nivel de conciencia 540, se
informó que los niveles de felicidad son cercanos al cien por cien.
LA ILUSIÓN DE LA
POSESIÓN: “TENER “ Y “MÍO”
El sufrimiento tiene que ver con la pérdida, y
la pérdida implica propiedad anterior y una especial relación. La idea de “mío”
o “mi” denota una única contextualización y significa que es un producto del
estilo dualista del pensamiento del ego, por el cual un “Yo” separado es
mágicamente depositado (en la fantasía) a un “ello” o un “tu”, y con ello
alguna cualidad, posesión, o persona. Por ejemplo, un reloj no es más que un
objeto, pero si reclamo la propiedad, es ahora revestido de una cualidad única,
especial llamada “mío”. Lo que fue sólo “un” reloj se convierte ahora en “mi”
reloj y entonces mágicamente se transforma. Cuando esto se enfatiza, se
convierte en “mi reloj favorito”. Mediante este proceso, el apego, el control,
el miedo a la pérdida y el sentimiento ahora son adheridos a la composición de
la cualidad única de lo especial. Uno puede ver realmente que el escenario está
ahora preparado para la tragedia, que se produce cuando una persona piensa que
ha perdido “mi” reloj en lugar de sólo “un” reloj. Se hace evidente que en el
momento en que la posesión y la idea de “mío” es introducida, la atadura
surge. En el mundo, la propiedad es
especialmente transitoria, y lo valorable y valioso está sólo en la percepción,
la conceptualización, y la legalidad.
Acompañando a la posesión hay otros apegos del ego, tales como el
orgullo, los sentimientos de seguridad y el placer sensorial. El sentimiento de
felicidad es iniciado por la satisfacción de un deseo interior que libera
neurotransmisores en el cerebro, como la serotonina y las endorfinas, que son
consecuencia y concomitancia, pero no el origen de la experiencia de la
felicidad en si misma.
ASIMILAR LOS
SENTIMIENTOS NEGATIVOS
Con la pérdida, el proceso espiritual de no
resistencia y entrega es efectiva (sin embargo, no es un procedimiento adecuado
para los estados emocionales que calibran por debajo de 75, como la depresión,
la culpa y la apatía). Una persona espiritualmente orientada valora todas las
experiencias de la vida y ve cada una como una oportunidad para evolucionar
espiritualmente. La técnica para asimilar incluye pasos muy simples que
dependen todos de la voluntad y la capacidad de entrega.
1. Permanece en el sentimiento y mantente
enfocado en él, inquebrantable. Date cuenta de que todo dolor se debe a la
resistencia. El sufrimiento por la pérdida se debe al apego y lo especial.
2. Disponte a sumergirte y entregar los
sentimientos sin evitarlos. Ten en cuenta que vienen en oleadas y que entregar
la ola más intensa tiende a disminuir su gravedad emocional.
3. Pide la ayuda de Dios y entrega la voluntad
personal a Dios. (Es útil leer el Salmo 91 u otros pasajes espirituales
favoritos.)
4. Disponte a soportar y sufrir el proceso. Si
no es resistido, se asimilará por sí mismo, saldrá y será su fin. Aunque el sufrimiento de la pérdida esté
provocado por un evento específico, las dolorosas emociones del apego han
surgido realmente de múltiples orígenes a través del tiempo, y pueden ir más
allá de lo superficial que se sospechó al principio. Así, cada perdida
representa en realidad todas las pérdidas, porque la experiencia es la pérdida
en sí misma y no sólo el hecho concreto que la trajo a la consciencia. Una fuente útil de fortaleza durante la asimilación
de las emociones dolorosas es identificarse con toda la humanidad y darse
cuenta de que el sufrimiento es universal e innato al fenómeno de ser humano y
la evolución del ego.
NO- APEGO FRENTE A
DESAPEGO
Esta es una distinción importante, y su falta
de comprensión puede llevar a un error espiritual importante. El “Desapego” es
un proceso continuo que, por desgracia, puede llevar a la apatía y la monotonía
emocional, a no desenvolverse y a la indiferencia. También puede dar lugar a
pasividad y pérdida de interés en la vida. Existen malentendidos en la
espiritualidad que enseña que incluso el amor es un apego, lo cual es un
concepto erróneo, porque el amor es un aspecto de Dios; la posesión es un
aspecto del ego. Una comprensión
incorrecta del camino de la negación puede derivar en la esterilidad del
“Vacío” o “La Nada”. Mientras que el Vacío es una experiencia espiritual
impresionante (cal. 850), no es el Ultimo Estado, que, correctamente, es la
Totalidad. Esto surge de un malentendido de las enseñanzas del Buda. El “Vacío”
significa lo no- lineal y la ausencia de “cosas”, o linealidad. Más allá, el
Vacío es la última realidad no- lineal de la Totalidad. La experiencia
subjetiva de Vacío, aunque es muy impresionante, es considerablemente diferente
a la Realidad del estado de la Presencia de Dios como Totalidad, incluyendo la
cualidad muy importante del Amor Infinito en sí.
RESOLUCIÓN
El dolor al proceso de la pérdida personal es
reducido por la aceptación emocional/filosófica y el darse cuenta de la
realidad global de la propia condición humana en si, que es compartida por
todos:
1. Todo en el dominio humano es temporal,
transitorio, y evolutivo.
2. Nada puede realmente ser “propiedad” o
“mío”. Todas las relaciones son de carácter temporal y arbitrario. La legalidad
otorga derechos sólo de control.
3. Todo pertenece a Dios y, en consecuencia,
todo lo que se considera que es “mío” y “perteneciente a” mí es una condición
temporal, incluido el propio cuerpo humano. El dominio es sólo control, es el
dominio que reina.
4. Ve todas las propiedades y relaciones solo
como serviciales. La obligación es hacia la responsabilidad en la orientación
en lugar del apego o la intervención.
5. Aférrate a los principios en lugar de a las
personas, objetos, condiciones, y situaciones transitorias. Los niveles
calibrados de conciencia son indicativos de los principios que se correlacionan
con y determinan ese nivel y su campo de atracción global de la conciencia por
el cual todo es orientado e influenciado.
6. Vivir con coraje y dignidad. Esta postura
convoca al Poder invisible por el que toda la vida subsiste. Acepta que el
duelo es un proceso normal en lugar de resistirte a él.
7. Acepta que todos lo sensible viene a la vida
por la fe. Pese a las afirmaciones ingenuas y pretenciosas de lo contrario, todas las personas que viven
únicamente por el principio de la fe -sólo es cuestión de fe a “qué”. La fe
puede ser puesta en lo ilusorio, el intelecto, la razón, la ciencia, el
progreso, la política y el poder mundano, las satisfacciones del ego, el
placer, la riqueza, o la esperanza (por ejemplo, el “mañana”). Estas creencias se basan todas en
presunciones que pueden ser eclipsadas en cualquier momento porque son
creencias frágiles. Incluso los hipotéticos “no creyentes” o escépticos viven
por la fe en su propio intelecto, que, para esas personas, representa la
“realidad”. En la auténtica Presencia de la Infinita Realidad, todas estas
pretensiones se evaporan, al igual que todos los posicionamientos de un “esto”
(yo) creyendo en un “eso” (proposición). La realidad es auto-afirmada en virtud
de ser Identidad, sin la cual la naturaleza dualista de todas las creencias
caería.
Sin impedimentos, la psique humana es creativa
e inventiva. Cada nivel de conciencia tiene sus propios problemas innatos, pero
también sus soluciones concordantes. El deseo de cambiar el pasado es
comprensible, es inútil y ciega a las oportunidades del presente. Una
limitación en un área de la vida es simultáneamente la apertura de
oportunidades y opciones en otras áreas. La pérdida a menudo hace a una persona
buscar la felicidad y le hace reevaluar los activos y las elecciones
previamente desestimadas. Así, perder puede volverse provechoso como estímulo
para el crecimiento espiritual y la evolución. Esa pérdida puede ser una
“bendición disfrazada”, tomate tiempo para destripar el descubrimiento
interior. El rechazo de la oportunidad lleva a la amargura y una involución del
valor intrínseco de la vida. La aceptación de las vicisitudes de la vida humana
conduce a una mayor comprensión y compasión.
El Amor es la oportunidad de entregar la voluntad personal a Dios y
volver a valorar cuál es el propósito general del regalo de la vida humana.
LAS DUALIDADES DEL
SUFRIMIENTO
ATRAE
|
REPELE
|
Se aferra a
|
Suelta
|
Vive en
el pasado
|
Vive en
el ahora
|
Deshace
|
Acepta
|
Negocia
con Dios
|
Acepta
las limitaciones – Karma
|
Esperanza
de cambio
|
entrega
|
Ve
pérdidas
|
Ve
oportunidad para avanzar
|
Rechaza,
niega
|
Trabaja a
través de
|
Ira,
resentimiento
|
ACEPTACIÓN
|
Autoculpabilidad
|
Acepta
limitaciones
|
Se siente
vacío
|
Reemplaza
con nuevos valores
|
Disminuye
|
Compensa
|
Equipar a
“otros” o “que”, como fuente de felicidad
|
Ve la
felicidad como algo interior
|
Depende
de lo externo
|
Depende
de si mismo
|
Resiste
|
Trasciende
|
Abatimiento
|
Esperanza
|
Retrocede
en el tiempo
|
Se abre a
las opciones
|
Emocionaliza
|
Minimiza
|
Ve la
pérdida como permanente
|
Ve la
pérdida como temporal
|
Ve las fuentes
de felicidad fuera de él / ella
|
Ve las
fuentes de felicidad dentro de si mismo/a
|
Irreemplazable
|
Futuro
prometedor
|
Ve la
vida llena de problemas
|
Ve la
vida llena de soluciones
|
Amargo
|
Fe y
esperanza
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“TRASCENDIENDO LOS NIVELES DE CONCIENCIA. LA ESCALERA HACIA LA ILUMINACIÓN”:
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